Uno de los grandes del Soul |
¡¡¡ Oh, brodas & sistas, PALABRAS MAYORES!!! Hoy traigo a un SOUL MAN grandioso, y eso pese a algún "pureta" o asín que pueda haber por las escenas modernas que reniega del fabuloso soul setentero...a mí plin plim...decir que eres fansoul o soulfan y dejar de lado al inmenso Al Green, un señor dotado de una prodigiosa voz que, además cuando se pone a cantar la sabe utilizar de manera magnífica es...pero, un momento, voy a contar una batallita. Hace poco estaba yo en una de las tiendas más venerables que hay en la ciudad que habito (y casi que me atrevo a decir del país entero porque me consta que es de las más antiguas de él mismo, o sea que es un pequeño negocio vetusto y venerable) y en amistosa charla soulera con uno de sus propietarios (imaginad la de discos que habrán pasado por sus manos y la sabiduría que puede atesorar este señor), amena conversación que giraba en torno al mismísimo Otis Redding, cuando de repente surgió de no se sabe dónde un espontáneo de clásica y típica estética "rockera" informal en la que no faltaba la pertinente coleta y los oportunos vaqueros, y que andaba vaya usted a saber qué escudriñando por los cajones de vinilos varios. La espontaneidad de este conocedor del guitarreo se tradujo en su incorporación a la conversación ajena a la que aportó con gran aplomo, eso sí, que no falte y no se diga la cosa, que no soportaba los "grititos" (sí, tal cual, así como suena) de Otis, que "hacía muchos" y "era insoportable cuando empezaba así, con esos grititos" (sí, lo repitió, como si alguien le hubiera preguntado). Por supuesto, ante tamaña afirmación saqué a relucir todos mis modales de jugador de póquer y me limité a mirar la cara de mi interlocutor voluntario que con cara de estupefacción mal disimulada le dijo: "¿De veras?" "¿Te parece?"...por mi parte la conversación que manteníamos perdió su gracia y pasamos a otra cosa (vamos, a pagar el material que había ido a recoger y huir hasta la siguiente que esperemos esté más despejado...ya se sabe aquello del Oeste no es lo bastante grande para los dos, o al menos cuando vuelva a mi querida vetusta y venerable farmacia disquera que los niños no se metan en las conversaciones de los mayores, o, vaya, que se respeten por el personal las burbujas vitales (y más ahora con la que está cayendo por el tema pandémico). Pues eso, que casi que decir una u otra cosa sobre Al (el soul de los setenta es muy flojo) u Otis (es insoportable cuando da grititos) es...algo así como una sandez. Sí, así como suena. Cuestión de gustos y opiniones...a mí lo que me parece insoportable es meterse en conversaciones ajenas, mira por dónde.
Al Green y Willie Mitchell pasándoselo en grande |
Hi Records, puro Memphis Soul |
Total que si se juntan Green y Mitchell, llaman a la Hi Rythm Section y aparecen también por allí los Memphis Horns tenemos un soberbio disco de Memphis Soul (blanquitos, no es todo r'n'r). La Hi (a la cabeza el factótum Willie Mitchell, trompetista y hombre orquesta curtido en la Beale Street de la ciudad y al que algún día dedicaremos una entrada) desarrolló un sonido distintivo, crudo pero sofisticado soul sureño, y a principios de los 70 estaba metida de lleno en el repertorio soul dejando de lado su inauguración rockanrollera allá por el '57 y este 33 RPM trufado de la característica urgencia rítmica de la casa y dominado por la voz angelical de Al Green es la prueba del algodón. Con este lp Green consiguió el pelotazo definitivo y fue algo así como el despegue hacia el estrellato, solo interrumpido por el incidente del estofado hirviendo y la novia despechada y por sus retiros espirituales, los cuales le llevaron a centrarse en el gospel y volver de vez en cuando al soul.
El disco empieza con la archifamosa canción que le da título, primer gran hit para Mr. Green y tema que un más archifamoso realizador cinero escogió para una de sus primeras películas (otro pelotazo y sí, es Tarantino y "Pulp Fiction", aquí no nos jugamos nuestro clásico tartufo), pero la movida buena la encontramos a partir del tercer tema (el apremiante "So You're leaving", compuesto por el mismo Green, que también sabía algo de escribir canciones no os vayáis a pensar, de hecho casi todas las de este lp están firmadas por él y casi todas alone). Desde este tema hasta el final la cosa no flojea (aunque quizá el penúltimo corte ("Judy") baje un pelín el listón, cuestión de gustos como lo de antes) y Al Green despliega todo su arsenal (que no es poco) y apabulla con su sensual emotividad, con su voz juguetona y flexible, capaz de asumir un rango de expresividad enorme y dotar de intimidad y romanticismo a baladas de otros o transmitir una salvaje súplica desgarrada en piezas más aceleradas o dejar fluir el alma en definitiva. Ahí están para demostrarlo la versión de los Bee Gees ("How can You mend a broken heart?"), romántico, arrebatador y dramático slow tempo y puede que la apuesta más comercial del disco, la impresionante revisión de un tótem de la Stax ("I've never found a girl (who loves me like You do)") y el cruce de caminos con el que acaba el espectáculo ("It Ain't no fun for me"), lugar en el que el blues y el funk quedan y se van cogidos de la mano y que te deja cómo dicen que te dejan los buenos cocineros, con ganas de más, de mucho más...y, lo que es mejor, con muy buenas vibraciones. Una sección rítmica impecable, tórridos y potentes vientos, coros que amplifican la emotividad de las canciones, hasta las dobles voces (creando una especie de polifonía con la propia voz de Green) y los violines tienen cabida en el repertorio propuesto para la ocasión. Y, por encima de todo, el señor Green y su voz y su manera de cantar. La de cosas que te hace sentir por dentro, pero también te hace mover los pies (y a muchos bailar). ¡Cómo acelera el corazón y hace sentir emoción, emoción, emoción! ¡Y esto es SOUL!
Recordad que las imágenes y vídeos son para amenizar, nada más. Faltaría más. Pertenecen a sus creadores y/o a sus propietarios, claro.